Serie Juegos Insolentes - Emma Green




Definición de Tristan Quinn: sustantivo masculino que evoca la arrogancia y el sex appeal llevados al extremo. 



Sinónimos: ex hermanastro y simplemente ex, pero sobre todo, el rey de los idiotas. 



*** A los 15 años, él era mi peor enemigo. A los 18, mi primer amor. A los 25, nos volvemos a encontrar, por la más triste coincidencia de la vida... Sólo que se ha convertido en todo lo que más odio. Que debo vivir con él nuevamente. Que los dramas nos persiguen y que ninguno de los dos ha logrado seguir adelante. 

Liv Sawyer y Tristan Quinn se destrozan tanto como se atraen, ¡y llevan diez años así! *** 


Esta serie es la continuación de Juegos prohibidos. ¡Pero puede ser leída por separado!





– Pareces un niño… 
– ¿Qué? 
– ¡Que pareces un niño! repito más fuerte. 
– Tú sabes mejor que nadie que soy todo menos un niño, Sawyer... 


Sus ojos se han oscurecido, me observa por un último instante, poniendo especial atención en mis labios, y luego desaparece.







– Espero de todo corazón que mi padre tenga razón. Por Harry. Pero también por ti... No quisiera que te ilusiones tanto en vano, Tristan. Ya no quiero que te lastimes. 

– Creo que me lastimo un poco menos cuando tú estás cerca, resopla su voz viril. 
– No tienes derecho de decirme esas cosas..., sonrío entre sus cabellos. 
– Entonces, deja de ser tan bella. De oler tan bien. Y de ser tan desconcertante, impredecible... 
– Deja de abrazarme tan fuerte, murmuro sintiendo mi corazón acelerándose.







–¿Puedo decirte algo?, sonríe. 
– No. 
– ¿Por qué? 
– Porque irás demasiado lejos. Estás eufórico, en shock, vas a decir algo de lo que te arrepentirás después. 
– ¿Algo como...? resopla jugando con mis mechones rubios. 
– Como palabras de amor, murmuro tímidamente. 
– ¿Porque jamás te digo palabras de amor? 
– Demasiadas palabras de amor, pues. 
– No estoy seguro de que haya demasiadas palabras de amor para ti, Liv Sawyer...






– Deja tu guitarra, Tristan. 
– ¿Qué hay de nuevo, Sawyer? murmura con una voz desconfiada. 
– ¿Qué crees? resoplo. 
– Nunca me han gustado las adivinanzas... 
– Nunca te ha gustado la sinceridad, tampoco. 
– ¿Es una pregunta? 
– No.





– Intenté dejar de amarte, hace siete años, murmuro con una voz adormecida. 
– Imposible, sonríe. Tristan Quinn no se olvida... 
– Idiota. 
– Hija de papá. 
– Insolente… 
– Amor de mi vida… 



Comentarios